Ha sido una de las noticias de la semana: Miley Cyrus es la nueva imagen de Marc Jacobs para la campaña P/V 2014. Y, como todo lo que ha hecho la cantante en los últimos meses, llega con polémica (aunque esta vez no generada por ningún acto de rebeldía adolescente por su parte). La escena se sitúa en una playa en penumbra con Miley y dos modelos aturdidas tras un posible naufragio. Todo normal de no ser porque la imagen fue capturada por David Sims y no por Juergen Teller, fotógrafo habitual de Jacobs, el cual, según declaraciones del diseñador a WWD: “No quiso fotografiarla”. A Miley.
Un paso, a priori, arriesgado el de asociar a la agitadora cantante a una línea de lujo o middle range aspiracional como es Marc Jacobs, ¿o quizá no si analizamos la trayectoria del diseñador americano?
La historia de Marc Jacobs como marca surge en 1986, cuando presenta su primera colección. Tan sólo un año después, en1987, gana el premio Perry Ellis for New Fashion Talent, convirtiéndose en el diseñador más joven en conseguir el galardón y pasando a encargarse de la línea femenina de Perry Ellis. Todo iba bien hasta que en 1992 presentó una colección de inspiración grunge para la firma de Ellis y BADABUM, polémica al canto y cese del contrato. Lo que no impidió que se llevara el CFDA (Oscar de la Moda) a Mejor Diseñador Femenino del Año.
Miley Cyrus, actriz y cantante. Saltó a la fama con su personaje de Hannah Montana, pero llegada su adolescencia quiso alejarse del papel de niña cándida y adorable creado por la factoría Disney y lo intentó hacer de la forma más radical. La polémica no estaba exenta en cada una de sus apariciones, videoclips o actuaciones y, en mitad del revuelo, Anna Wintour intentó convertirla en icono fashion para reconducir su imagen y evitar un descarrilamiento antes de lo debido. La cantate desolló al diablo vestido de Prada y perdió la portada de diciembre en la Biblia de la Moda, lo que no impidió que se llevara el premio a artista del año por MTV.
Dos personajes polémicos sin duda. Por un lado, Jacobs, uno de los americanos más influyentes del mundo, según Forbes, que intenta dar el siguiente paso en su carrera tras abandonar Louis Vuitton, delegar la cabeza de diseño de Marc by Marc Jacobs en Luella Bartley y Katie Hillier, y lanzar su línea de cosmética. Ese que fue capaz de retrasar un desfile durante una hora porque Anna Wintour, gran defensora del trabajo de Jacobs, no llegaba a tiempo.
Por otro, Cyrus, la cantante que continúa en su afrenta por desperezarse de Hannah Montana y dar una sonora zancada en su nueva carrera musical.
Parece que el destino les tenía preparado un final juntos a estas dos “almas gemelas de la polémica” y resulta que este punto, el del verano 2014, se perfilaba como el propicio para que se ejecutara la congruente unión. Mi pregunta es, ¿qué opinará Wintour, firme defensora de uno y detractora de la otra, de esta alianza?
Take care,