Aquí estamos un año más con la ceremonia de los planetas dorados, esa fiesta en la que a los actores todavía se les nota la resaca de las navidades y mantienen la respiración para entrar en sendos trajes.
No haré una disertación sobre ganadores, candidatos y perdedores, más que nada porque la mitad de las películas no las he visto y esto no es un blog de cine. Tampoco haré incisión en que aún nadie me ha invitado a gala de tan alto postín para cubrir este evento como es debido, viviéndolo en carnes propias. Lo que he venido aquí es a dar las gracias, gracias por hacernos pasar a todos una noche de risas sobre la alfombra roja porque es lo único que he podido sacar de esta 71ª edición de los Golden Globes Awards (aplausos enlatados).
Gracias a los actores, actrices, cantantes y fauna de profesión incierta por dar a vuestros estilistas el día libre y convertir la primera gran red carpet hollywoodiense en un prom de los de antes, un homecoming americano (reunión de antiguos alumnos) de los de echarse las manos a la cabeza y llorar, de los de chonismo de altura.
Hola, Sandra Bullock. Hola, Prabal Gurung. Hola, zapatos prestados de los 90. Ojalá de vuelta en el espacio con tus cosas.
Aparte de que Cate Blanchett fue la gran motherfucker del estilo con su Armani...
Esta ceremonia de los Globos de otro me ha suscitado varias preguntas.: ¿Por qué Emma Watson se hizo la moderna y le faltaba un trozo de vestido en la espalda? ¿Por qué Paula Patton se hizo un vestido con una manga pastelera? ¿Por qué una camisa, Julia Robert, por qué? ¿Por qué las tetas de Amy Adams bailaban la conga (junto con un colgate circular ¿?) detrás de dos cortinillas de tela roja?
Volviendo al tema, tengo más pruebas y varios personajes para demostrar que los Golden Globes 2014 fueron en realidad una reunión encubierta de antiguos alumnos.
Lena Dunham, la gorda marginada, intentado hacerse la delgada, estiliso, triunfadora en la vida e intentando convencernos muy fuerte de que ella es digna merecedora de la portada de febrero de Vogue US. Pero así, de forma casual, con una pinza en el pelo de malota.
Zoe Saldaña pidiendo a gritos un blog.
Sofía Vergara. Este vestido grita prom, ¡maldita sea!
BRadley Cooper, el tío buenorro del insti que lo sigue estando años después.
¿ES QUE NADIE PODÍA PEINAR A JESSICA CHASTAIN O QUÉ? Pobrecita.
Amber Heard, la animadora calentorra.
¿ES QUE NADIE PODÍA PEINAR A JESSICA CHASTAIN O QUÉ? Pobrecita.
Amber Heard, la animadora calentorra.
Aunque no hay buena fiesta americana sin pelea de gatas en el barro por la corona de Homecoming Queen.
Tampoco sin embarazos sorpresa. Ahí dentro van futuras estrellas de Hollywood que pasarán por este blog. Me emociono.
Fuera de bromas. Quiero dar un fuerte aplauso a ciertos invitados que sí que supieron estar a la altura, deleitarnos como es debido y llegarnos alcorazón por su gran forma de empatizar con toda la humanidad.
A Jennifer Lawrence, que se la bufa todo lo que pase allí. Ella va a recoger el premio, a hacer gifs y después, de botellón de champán. Y por conseguir que todo Twitter se vistiera como ella.
Gran ovación para la chica de azul que intetó colarse en todas las fotos de los invitados.
Mi más sincero apoyo a toda es gente que se hizo una foto en la alfombra roja. yo tambíen lo hubiera hecho.
Un gran apaluso para la gente que se pierde en la red carpet como un turista español, como esta señora con sandalias de dedo y medias...
O señor con sombrero para sofocar el ¿calor?
Un abrazo para Mila Kunis. Ella sí que estaba perdida.
Fuerte ovación para esa gente que comenta abiertamente, porque todos pensamos que el vestido de Emma Thompson debería haber sido largo hasta el suelo.
Pero, sin duda, un fortísimo aplauso y mi más sincero sentimiento fan para esa mujer que aparece a la izquierda de la imagen porque acaba de convertirse en Best Supporting Actress on a Red Carpet Comedy.
Veremos qué nos traen los Oscar, can't wait!
Take care,
Javo