Culpable si de adicción a collares trata el tema. Últimamente se me antoja imposible salir de casa sin uno que dé el toque al jersey de turno. Esta temporada mi armario se ha teñido de berenjena, granate y negro, por lo que el dorado es el punto de encuentro de todos mis complementos. Desde que comenzó el invierno, entré de lleno en una espiral de collares de la que no pretendo salir. Y estos, son mis preferidos hasta ahora. De maxi a mini:
EME AL CUADRADO: Cuando la pedrería toma protagonismo, me resulta imposible resistirme. Me dejo llevar por todo impulso para lucirlo en cualquier ocasión: de día o de noche, este collar es ya un imprescindible para todas las estaciones de 2014.
CLAIRE’S: Cualquier guiño al videoclip de #ROAR me vale, y, estos dos tigres elevan al cubo el rugido de Katy.
CLAIRE’S: Este collar tan especial parece diseñado para esa mujer todoterreno (cliché) que sale de su casa con la camisa blanca a trabajar y se va por la noche de copas con la blusa negra, sin cambiar de collar, porque es simplemente perfecto.
H&M: Sencillo que cumple el menos es más, este me ha sacado de muchos apuros.
El guiño perfecto para el cuello (de prenda) alto, redondo o inexistente.
MARKET PLACE NEW YORK: Un regalo de Reyes que vino con adelanto y llevo desde entonces.
OUIBYOU: Una pepita de oro, regalo de cumpleaños de los mejores amigos. Imposible quitármela.
Take care,
SiL