Qué demonios. Cuando de repente las inclemencias imprevistas del tiempo estival nos obligan a por quéééééé sacar del armario un jersey residual, no nos queda otro remedio que visualizar momentos de calor donde lo único que necesitabas era una telilla para taparte. Y subirla a las RRSS con comentarios nivel “miss it!”.
Porque a quién quieren engañar los que dicen: “Pues a mí me gusta el invierno”. ¿Qué? Me resulta prácticamente increíble.
¡Que me devuelvan mis 40ºC!
Take care,
SiL