Porque realmente, todos sentimos una leve punzada, y más potenciado los que coexistimos en zonas de interior, cada vez que recordamos esas palabras que dieron vueltas por todos los informativos: “Este verano… No habrá verano”. O sea, ¿perdón?
Y en esta línea, antes de irnos de vacaciones abanico en mano, nos consolamos con planes para ocupar la mente y pensar que el “break” está cerca o, en su defecto, que nada es para siempre, decían tus ojos tristes.
El plan más alternativo es ir a la ópera en el Teatro Real. Entre acto y acto se puede picar algo en el restaurante y pasear por los salones con una actitud seria se convierte en toda una experiencia. Que tu asiento tenga vistas al palco real.
La terraza Lágrimas Negras del hotel Puerta América es otro plan veraniego que se torna necesario para salir del bullicio del centro y dejar que un afterwork entre semana se te vaya de las manos.
Y para marcar en tu pelo el efecto del sol que no te está dando, terminar un duro lunes en Maria Antonieta se convierte en la mejor decisión que tomarás. Deja que repasen tus californianas con una esponja (correcto, esponja) y consigue un efecto tan natural como abrumador.
Aunque, para qué vamos a engañarnos. Los amantes del horizonte, por mucho que ocupemos la mente, una única intención nos aturde cada vez que terminamos de “ocupar la mente”: el tiempo que falta para escaparnos a la playa y el vernos a nosotros mismos haciendo “la croqueta” por la orilla es muy superior a cualquier plan en zona de interior.
Take care,
SiL