El trabajo de modelo parece sencillo: primero pones un pie, luego el otro delante y después otra vez el anterior... Y así sucesivamente hasta llegar al final de la pasarela. Yo una vez intenté hacerlo por el pasillo de mi casa y bien. Digno de desfilar en París, Milán, NY, la China y Mercedesbenzfashionweekmadrid, o eso creía yo. Pero luego vi a Naomi Campbell abriendo el desfile de Atelier Versace (y la semana de la Alta Costura) y no le salía igual.
No es que ella lo hiciera mal, ponía un pie, luego el otro delante, y después otra vez el anterior... Pero no era igual porque ella es modelo. De las de verdad, de las de tengo 40 años y estoy mejor que con 20, edad que suman juntas todas las niñas que van detrás de ella en la pasarela poniendo un pie, luego el otro delante y después otra vez el anterior sin apenas gracia.
Entre bambalinas, su reputación viperina la precede y puede que grite, se azore, suelte algún improperio o se comporte como una diva cuando lo que en realidad está haciendo es trabajar como toda hija de vecino, como la niña de Paqui la del quinto, pero con perfecto acento británico.
Sin embargo, lo que a nadie se le escapa es que cuando sale a pasearse ante la atenta mirada de la audiencia, no es igual que las otras. Ella gira en la esquina que da paso al escenario y planta un pie sobre él haciendo que se resquebraje. Inclina la cadera 25º a un lado y a otro y, como sello de identidad, apenas mueve la mano del muslo fibrado -que muchas quisieran para ellas- y lo acaricia seduciendo paso a paso a los fotógrafos que disparan sus cámaras con sonido mecánico al otro lado de la pasarela.
La cabeza alta y con paso firme, sin doblar las rodillas y lanzando cada pierna como un misil, relajada pero sabiéndose observada, elegantemente sexy sin importar la altura de los tacones a los que vaya encaramada, porque al fin y al cabo ese es su trabajo, alcanzar el final del paseíllo con lo que la disfracen. Y hacerlo con gracia. Y al final todos hablando de ella y pasando de la colección.
Por eso, nunca volveré a intentar imitar a la diosa de ébano, esa que tiene un paso con su nombre ('Giro Naomi'), ni siquiera probaré a hacerlo por el pasillo de mi casa, porque eso de ser Modelo (con mayúsculas) no es nada fácil. Es como si las hermanas Cruz diseñaran un bolso para Loewe, que nadie se lo imagina... OH, WAIT!!
Take care,
Javo