Cuando comienzas un viaje, nunca piensas en cómo terminará, a no ser que tu yo agorero desee más el fin de la aventura que disfrutar del camino. Sin embargo, ahora que vamos de camino a Valencia en una de nuestras incontables ocasiones al año, los ojos se me cierran en la parte trasera del coche recordando que el último día de uno de los"viajes" más inesperados y emocionantes de mi vida ya está marcado en la agenda.
Existen dulces, como los de fin de curso. Y amargos, como los que anuncian el ocaso de las vacaciones y la vuelta a la rutina. Pero nunca los había tenido agridulces, como es el caso. Llegó el momento de decir adiós a 'La Otra Horma del Zapato'. Hoy, es mi último día.
En 2008 dimos el primer click y en 2009 nos asentamos en la página que ahora tendréis delante aquellos que aún, a pesar de los años y nuestras historias, nos seguís leyendo (cuestión que a día de hoy nos sigue sorprendiendo). Siete años trasteando internet y viviendo agitados por lo inesperada que puede ser la vida 2.0.
Ah, ¿que sois dos? ¿Y cómo os abristeis el blog? ¿Cómo compagináis los contenidos? Preguntas que hemos respondido en más de una ocasión hasta convertirnos en un solo ente: "Los de la horma" / "Los hormos", que ahora se divide.
Prefiero no caer en los sentimentalismos o recordar como un mal trago mi paso por aquí, porque, gracias a este rinconcito de internet, las experiencias y oportunidades que me llevo en la mochila de camino hacia un nuevo reto profesional pesan más que cualquier noche tecleando hasta las tantas. Y, por supuesto, no son fruto del azar, sino de vuestro apoyo constante que aún incrédulo agradezco (y agradecemos) infinitamente a pesar de no poder miraros a los ojos.
Pero, eh, que esto no termina, se queda en buena manos, en las de SiL. De cierra una etapa, una era, pero comienza una nueva para 'La Otra Horma Del Zapato'.
¡Gracias! (Y nos seguimos viendo en las redes)
Take care,
Javo