Hace unos meses os hablaba de Lucas M36, una peluquería y barbería que descubrí por casualidad en un momento de emergencia y que se ha convertido en mi lugar de peregrinación cada 50 días (este es el intervalo que yo considero personalmente oportuno para mantener todo a raya, cada uno que se ritualice cuando desee).
Todos somos conscientes de la importancia que tiene el pelo para un hombre y he de decir que (sin sonar pretencioso), desde que me pongo en manos de Jaime, la pudorosa pregunta de "¿Dónde te lo cortas?" se ha multiplicado.
El pelazo es el pelazo, y el mío no es especialmente grueso ni abundante, tampoco fácil de manejar, pero lo parece. Unos 45 minutos de ritual es lo que esta tijera experta emplea en dar forma a una cabellera díscola y convertirla en un corte pulido de estilo retro: muy apurado a los lados y más largo en la parte superior para peinarlo a raya.
Y así, tras salir de este reducto anclado en la modernidad del pasado y dejar atrás los ecos de la música de época anteriores que suena entre sus paredes, tan sólo cinco minutos son necesarios cada mañana para peinar lo que parece que has estado horas construyendo cual arquitecto capilar frente al espejo.
Con la "vuelta al cole" se precisa un saneamiento tras las horas al sol, así que aproveché para dar respuesta en forma de making of a "la pregunta". Aquí está.
Lucas M36 se ha asociado con la ONG Plan Internacional, especializada en la defensa de los derechos de la infancia y con presencia en 69 países, diseñando un mechero que se puede adquirir en la peluquería por 2€. El 50% de los beneficios serán destinados a la ONG.
Take care,
Javo