Creo firmemente en que Londres es una de las ciudades más bonitas del mundo entero. Y no es que haya visitado tantas como para elaborar una sentencia irrevocable, pero haber descubierto mil rincones con un encanto que escapa de los límites del encanto, hace que me decida por su esencia.
El sábado pasado nos despertábamos en Los Ángeles para desayunar, pero este fin de, un poco más gris, nos ha llevado hasta Londres para tomar el té en Covent Garden.
Take care,
SiL