Si el verano fuera eterno, yo me plantaba en este.
Porque los músculos de la cara duelen por reír durante el día.
Y porque cuando llega la noche, ya todo da igual.
Y más si es el mismísimo David Bisbal el que se sube al escenario para cerrar Starlite Festival.
Un verano para plantarse y olvidarse de los “vuelta-a-la-rutina”, “cuesta-de-septiembre” y “dieta-post-vacaciones”.
¿Qué es todo eso?
Take care,
SiL