El otro día viajé al futuro para celebrar un cumpleaños. Que podría haber ido para ahora traeros la lejía que promete dejarlo todo blanco o confirmar si finalmente los coches volarán en unos años, pero no, fui a celebrar el 30 aniversario de la firma de relojes G-Shock.
Al bajar azorado del AVE en Barcelona con una maleta digna de un mes más que de un fin de semana, la nave espacial del Barceló Sants me esperaba aparcada en la misma estación de tren. Lujo asiático. Una vez recogido mi boarding pass en forma de llave magnética, atravesé los pasillos de estética futurista que luce tras su renovación a ritmo de "Sabes que nunca has ido a Venus en un barco (pero puede que en un hotel, sí)", hasta que me pilló una azafata de limpieza y me callé.
Al bajar azorado del AVE en Barcelona con una maleta digna de un mes más que de un fin de semana, la nave espacial del Barceló Sants me esperaba aparcada en la misma estación de tren. Lujo asiático. Una vez recogido mi boarding pass en forma de llave magnética, atravesé los pasillos de estética futurista que luce tras su renovación a ritmo de "Sabes que nunca has ido a Venus en un barco (pero puede que en un hotel, sí)", hasta que me pilló una azafata de limpieza y me callé.
Tras rodar por la cama de dos por dos y comprobar que la gravedad de la nave era la adecuada, pedí un taxi gritando por la ventana, pero os tengo que decir que en le futuro los coches no vuelan, al menos en éste, mi futuro, y tuve que bajar a la calle a por uno y gritar "A Carrer de la Ribera, 5. RÁPIDO" (Me pongo las gafas de sol).
Allí se encuentra la pop-up store itinerante de G-Shock. Una tienda efímera que recorre Europa y que, después de Milán, Ámsterdam o Berlín, estará en la Ciudad Condal hasta el próximo 15 de junio.
La pieza clave para festejar estos 30 años de G-Shock es la resultante de una colaboración entre la marca de relojería y la firma deportiva Supra. Un reloj en rojo y negro, y en edición limitada, que guardaban en una cajita iluminada, como en las pelis de acción.
Allí, en mitad de la G-Session, break dance y fotos con (un supuesto) Terry Richardson, conseguí probarme EL reloj en cuestión. Tras varios movimientos de distracción, intenté guardarlo en el bolsillo y salir de la tienda silbando una canción alegre (la de Venus y el barco), pero el segurata de la puerta estaba atento. ¿Nunca van a desaparecer o qué?
Allí, en mitad de la G-Session, break dance y fotos con (un supuesto) Terry Richardson, conseguí probarme EL reloj en cuestión. Tras varios movimientos de distracción, intenté guardarlo en el bolsillo y salir de la tienda silbando una canción alegre (la de Venus y el barco), pero el segurata de la puerta estaba atento. ¿Nunca van a desaparecer o qué?
Puede que esta vez no cumpliera la misión, pero todavía me quedan G-Sessions por delante para intentarlo de nuevo. Ese G-Shock será mío. Cambio y corto, Houston, vuelvo a la nave.
Take care,
Javo
Take care,
Javo