Sí, bueno, se supone que la primavera marca los primeros compases hacia la explosión de color veraniega. El paso de los apagados tonos invernales a los saturados por la luz de Sol que todos ansiamos. Pero a mí me ha dado por la escala de grises. Del blanco impoluto al negro, y sobre ellos, ya iremos trabajando según se acerque el estío. Parece una contradicción en este momento en el que los árboles comienzan a florecer y apetece verse con los matices que nos ofrecen, pero de momento, yo he encontrao una nueva y neutra zona de confort que me apetece investigar.
Take care,
Javo