Hace unos días tuvimos la oportunidad de ver ‘Una vida en tres días' (Jason Reitman, 2013) gracias al equipo de Paramount. Nos avisaron de que no era una película al uso y, efectivamente, no lo fue.
Basada en la novela ‘Labor Day’, de Joyce Maynard, la historia se sitúa en New Hampshire durante el puente del Día del Trabajador del verano de 1987. Después del divorcio de sus padres, Henry Wheeler (Gattlin Griffith), un adolescente de 13 años en plena efervescencia hormonal, se siente en la obligación y la responsabilidad de convertirse en el hombre de la casa y cuidar de madre, Adele (Kate Winslet), quien sufre un fuerte trastorno de agorafobia e inseguridad (y nadie sabe por qué).
La vida transcurre tranquila de puertas para adentro en casa de la familia Wheeler, pero tras el fin de semana comenzará el nuevo curso y hay que salir a la temida calle a realizar unas compras. En su viaje hacia su propio infierno, se toparán con Frank (Josh Brolin), un convicto herido y huido de la justicia que les obligará a ocultarlo en su serena residencia.
Si el argumento no os ha convencido, tenemos otras tantas razones que puede que sí lo hagan:
1. El director Jason Reitman abandona la crítica ácida y el humor negro que utilizó para dirigir ‘Up in the air’, ‘Juno’ o ‘Gracias por fumar’ para internarse en el drama e investigar en lo básico de los instintos.
2. La cinta se desarrolla desde el punto de vista de Henry, desde la inocencia que aún conserva la adolescencia en su camino hacia la madurez.
3. La importancia de las manos, las miradas, los silencios y los detalles que parecen insignificantes durante toda la película para dar sentido a ese despertar de los sentidos.
4. La sutil evolución en el vestuario de Adele, que crece progresivamente (colores, escotes, erotización) sin comerse al personaje y evidenciando la vulnerabilidad que le eprmite hacerse fuerte.
5. Realmente es la química entre Kate Winslet y Josh Brolin la que levanta una historia algo inverosímil (nadie se lleva a un convicto a casa así porque sí) y que puede caer en lo ñoño si no se cuida lo suficiente.
6. Es una historia de sutilezas, y si los actores o el director no lo hubieran comprendido, podría haber quedado algo cutre. No es el caso.
7. La historia en sí no es lo más importante, sino el poso que queda mientras pasan los títulos de crédito.
8. Kate Winslet fue nominada al Globo de Oro.
9. Es cierto que a mitad de película no sabes a dónde quiere llegar, pero mantiene la tensión con flashbacks intermitentes y acciones paralelas y desesperantes que te ponen al borde la butaca.
10. Kate Winslet otra vez. Preparad kilo de clínex.
Si todavía no tenéis plan para este domingo, puede que sea una buena opción.
Take care,
Javo