Una silla me cautivaba el año pasado en el mismo espacio donde convergen un cúmulo de historias que todos esperan contar. Un lugar que, considerado por muchos el foco emergente de la moda española, se configuraba hoy como el punto de encuentro de cientos de personas con labores diferentes.
Y entre esta incoherencia de sentimientos encontrados, nos presentábamos hoy en la 59º edición de Mercedes Benz Fashion Week Madrid, Cibeles aún para todos.
Vencida la mañana, nos adentramos en el microclima del pabellón 14 para conocer qué propuestas lanzarían a la pasarela los primeros diseñadores en desfilar (de los 40 en total). Pero entre desfile y desfile, a nosotros lo que nos va es extraviarnos entre la concurrencia y encontrarnos en muchos casos con esas -labores diferentes- o situaciones que nos terminan de perder.
Como bien es la pose de la modelo que espera en una silla random a que sea llamada a vestuario.
O las joyas de caramelo que ha presentado Asaad Awad en el espacio Solán de Cabras.
Y es que en Mercedes Benz Fashion Week Madrid hay mucho nivel.
Tenemos sala de planchado. OFICIAL.
Tenemos sala de planchado. OFICIAL.
Podemos presumir de auténticos espectáculos de luces.
(Presentación de la colección de Aristocrazy).
O de diseñadores que dan un giro a su esencia sin perder su coherencia.
(Colección otoño/invierno 2014-2015 de Duyos).
Pero lo que de verdad aquí cuenta, y que muchas veces pasa desapercibido, es el trabajo en equipo. El poco a poco que forma el todo y lo que finalmente vemos, pero no terminamos de asociar.
(Preparativos Aristocrazy)
(Vestuario Aristocrazy)
(Backstage Duyos)
Y es gracias a ese microclima (reconvertido ahora en ecosistema en toda regla), por el que podemos disfrutar del show, que al fin y al cabo, sólo acaba de comenzar...
Take care,
SiL
*Todas las fotos hechas por nosotros.