La primera jornada de la pasarela masculina estaba reservada para un único desfile, el de Emidio Tucci.
Primeros compases de la música, siluetas tras una pantalla blanca y comienza el desfile. Si durante el estío la firma nos trasladó a las costas italianas, en esta ocasión daba la impresión de habernos llevado al norte español, a una de esas ciudades entre playa, montaña y el ajetreo intermedio de la urbe.
Hombres muy masculinos y de aspecto urbanita que no pierden la tradición de llevar las clásicas trencas marineras y los gruesos jerséis de punto para combatir el frío norteño, todo ello combinado con elementos de sastrería clásica como pantalones de vestir (que se relajan y se presentan más holgados) o americanas en infinidad de cuadros (desde el Príncipe de Gales al ventana). La funcionalidad es la clave.
Un hombre con claras líneas clásicas el de Tucci que se quedó en lo atractivo del retail y nos dejó con la nostalgia de ver algo más, como cuando la temporada pasada nos presentó a aquel hombre napolitano que se paseaba por la playa con la elegancia y el erotismo propios del verano italiano.
Take care,
Javo