El jueves pasado me levanté pronto, muy pronto, porque a las 9:30 de la mañana tenia una cita en el cine. Todo por temas de trabajo, no porque yo quisiera, eh. Bah, un poco sí. Iba a ver ‘El Gran Gatsby’, de Baz Luhrmann. “¿Versión original en 2D subtitulada o doblada en 3D?”, primera pregunta nada más entrar. ¿Pero qué es esto, el Trivial? ¿Una trampa? Oh, wait!! Puede que sea una prueba para conseguir la espada de Griffindorf. ¿QUÉ DIGO? “Uuumm… eeeh, ¡versión original! A ver si tienen el First los actores estos”. Entré en la sala y me senté sin hacer mucho ruido, no fuera a ser que me volvieran a preguntar y comenzara a sudar por no saber la respuesta, y sudar, como todos sabemos, es una ordinariez.
Muchas expectativas se tenían puestas en este remake ideado por el director de ‘Moulin Rouge’, cinta que terminó optando al Oscar a Mejor Película en 2001 a pesar de que la crítica le clavó un puñal, ojo cuidao. Caso que curiosamente se repite con este Gatsby. Con la de brillos y jolgorio que inundan cada escena en ambas películas. No entiendo nada.
Centrándonos en el tema, ni que fuera yo crítico cinematográfico. Vamos a ver, que yo aspire a tener un programa de cine o un Oscar honorífico (dato que conoceréis si me seguís en Twitter, si no… MUERTE) no quiere decir que yo sepa de cine, aunque (y aquí entra de nuevo en escena mi teoría irrefutable para hablar sin entender, pero con mucha música y brillo al estilo de Luhrmann) si me preguntáis qué tal es, sé lo que me ha gustado y lo que no. Así que para eso estamos. Hoy, el día de su estreno, en el programa de ‘Javo de Cine (y moda)’: 4 cosas que tienes que saber antes de ir a ver ‘El Gran Gatsby’. (Sin spoilers, juro).
Los actores
Esto es fundamental. Un mal actor puede provocarte una carcajada en mitad de un drama que pretende ser de los de clínex y congestión nasal desaforada, y eso no queremos. Aquí tampoco llegaremos a eso, sino más bien a un “¡Malditos hijos de *%&$"@!” mientras aparecen los créditos de cierre.
En 2013, los protagonistas son Tobey Maguire (Nick Carraway), Leonardo Dicaprio (Jay Gatsby) y Carey Mulligan (Daisy Buchanan).
Nick es el narrador de la historia y Maguire, muy bien, aunque hable como Rajoy. En esta versión el personaje está mucho más trabajado y nos ayuda a comprender cada una de las reacciones de los otros dos protagonistas a través de una voz en off, tal y como sucede en los libros, y no como en la producción de 1974, en la que tienes que hacer tus propias cábalas para entender ciertas cosas si antes no has pasado por el escrito de Scott Fitzgerald.
Dicaprio y Mulligan. Mulligan y Dicaprio. Mucha química entre ellos y se mueven bien en los años 20. Aplausos para él por su reinterpretación de Gatsby, caballero cuando tiene que serlo y loco desquiciado cuando defiende a su chica. Eso sí, Leo, a veces quieres ser tan educado en tus gestos que se te escapa un amaneramiento raruno, en movimientos preferimos a Redford, que no en interpretación.
Mulligan, nada que decir, ojalá hubieras hecho también la versión del 74 y no la impertérrita de la Farrow, que lo mismo le da que le da lo mismo. Mejor actriz en pasar del llanto a la alegría en un microsegundo y mantener una lágrima en el párpado inferior sin que se derrame por la mejilla porque así lo requiere el papel. BRAVA. Marry me.
Vestuario
Dos personajes más intervienen con especial protagonismo en esta historia: Prada para ellas y Brooks Brothers para ellos.
Querida Miucca, muy bonito y espectacular todo, bravo por la estola de pelo rematada con cristales que lleva Daisy a la fiesta de Gatsby y por toda la indumentaria del personaje de Jordan (Elizabeth Debicki), aunque siendo tan alta, qué no le queda bien a la niña… En resumen, amiga, te has pasado por el arco del triunfo los años 20 más estrictos. Una reinterpretación (muy atractiva, todo sea dicho) libre, libre. (Por favor, que alguien comente en este post el traje de lycra de Myrtle que parece más 60’s que 20’s, pero es ella, Miucca Prada).
Hermanos Brooks, los trajes sientan de maravilla, desde aquí os digo que quiero uno. Uno de cada uno de los que saca cada personaje. Pero me faltó un último giro de tuerca a los 20 que no sé aún qué es.
A pesar de las joyas de Tiffany que rematan cada look, me quedo con el de la cinta de 1974, firmado por Ralph Lauren y cuya directora de vestuario se llevó el Oscar.
*Nota: ¡Cuidado! Vas a querer un canotier desde el minuto dos.
Visual
Aquí no hay réplica alguna. Luhrmann sabe cómo hacer un película visualmente atractiva en el siglo XXI -tanto por la fotografía como por los decorados y localizaciones escogidas- y trasladarnos a cualquier época, cosa que no se consigue con tanta vehemencia con la descafeinada escenografía de 1974. Te introduce en la historia desde el primer momento y hace que desees vivir cada una de las fiestas en el palacio de Gatsby. Eso sí, con mucho brillo, confeti, estruendo y banda sonora de Jay-Z (a la que ponen voz Lana del Rey o Bryan Ferry, entre otros).
Puristas, abstenerse de la producción de 2013, la consideraréis una blasfemia.
Resumen
Me ha gustado, aunque no es una versión clásica de la novela y se toma alguna licencia de narración llegando al final. Sin embargo, si tenemos como referencia la producción de Jack Clayton de 1974, en la que también se hacen un poco el moño donde les da la gana suprimiendo según qué cosas, en este remake el hilo narrativo es mucho más fluido y continuado, incluye escenas de flash-back y suficiente voz en off para comprender la historia completa (algo que no existe en la predecesora). Se deja ver bien.
El Gatsby que se espera para el 2013, que busca el éxito en taquilla más que pasar a formar parte de la iconografía del cine y que, aun pasados los años, posee un trasfondo muy afín a nuestro momento.
Take care,
Javo